
5 tips para cuidar la piel en invierno
La piel es un órgano fundamental que protege nuestro organismo de factores externos como bacterias, sustancias químicas, calor y frío. Es importante mantenerla en las mejores condiciones posibles, ya que es nuestra carta de presentación y debemos garantizar su buen estado de salud. En invierno los cambios bruscos de temperatura tienden a deshidratarla, irritarla y enrojecerla. Por eso debemos modificar nuestra rutina de belleza habitual, siguiendo fáciles consejos, para que mantenga su elasticidad, suavidad y belleza.
Sé fiel a tu rutina de belleza
Las temperaturas extremas del invierno requieren el aporte de una mayor hidratación. Realiza tu limpieza diaria, exfolia la piel por lo menos dos veces a la semana.
La temporada es buena para incluir cremas nutritivas que induzcan a la reparación celular y estimulen la producción de colágeno. Apóyate en los aceites vegetales como el aceite de sésamo o de almendras que hidratan, nutren y protegen la piel. Puedes bajar el factor de protección solar de tu crema (SP 30), pero no omitirlo. Pon especial atención en los labios y en la piel de manos y pies.
Mejora tus hábitos diarios
El frío es el principal enemigo durante el invierno, por lo que debes mejorar tus hábitos diarios y adaptar tus cosméticos al cambio estacional.
De nada sirve una rutina de limpieza, hidratación y nutrición si sigues empleando productos de baja calidad. Si tienes duda sobre los productos a utilizar puedes probar la Abiby box: en una caja única recibirás todos los productos que necesitas para el cuidado de tu rostro, cuerpo y cabello, en base a tus necesidades y a la estación del año. Además, los productos de Abiby están en línea con la cosmética natural, que ofrece el equilibrio, la renovación y la protección que toda piel necesita.
Come bien
Beber mucha agua y seguir una alimentación sana y balanceada es la clave para lucir una piel radiante, suave y tersa. Elige alimentos ricos en vitaminas, ácidos grasos esenciales y minerales, principalmente de naturaleza antioxidante. Una dieta que, además de los alimentos tradicionales, incluya frutas frescas, verduras de hojas verde, hortalizas, frutos secos, cereales integrales y aguacate será perfecta para tu salud.
Evita alimentos procesados, un consumo excesivo de sal, harinas refinadas, bebidas azucaradas o dulces que restan luminosidad y elasticidad a tu piel.
Respeta tu rutina de sueño
Debes dormir por lo menos 8 horas diarias. Recuerda que la piel es el reflejo de nuestro día a día y nada se nota más que las noches de desvelo.
Dormir es un gran tratamiento de belleza, que repara los daños del día y evita ojeras y bolsas. Se ha demostrado científicamente que la falta de sueño acelera los signos del envejecimiento y destruye la capacidad de la epidermis para regenerarse, acción que se realiza durante las horas de descanso. La falta de sueño afecta la oxigenación celular y aumenta el estrés, lo que hace que empeoren las afecciones dermatológicas.
No abandones tu rutina de ejercicios
El deporte estimula la circulación sanguínea, favoreciendo la oxigenación y nutrición de la piel. Además, el sudor aumenta la temperatura corporal, favoreciendo la eliminación de la suciedad en la piel. El resultado será una piel más limpia y luminosa.
Hacer deporte ayuda a reducir el estrés, ayudándonos a dormir mejor. Puedes adaptar las rutinas que normalmente sigues al aire libre y realizarlas en la comodidad del hogar. Muchos entrenadores comparten sus rutinas de ejercicios virtualmente, ¡así que no hay excusas!
¿Tenéis otros consejos para compartir?