
Vestidos de flores: el clásico del verano que siempre se reinventa
Hay algo en los vestidos de flores que nos conecta directamente con el verano: la luz, la piel al aire, los paseos sin prisa, los planes improvisados… Esta prenda, que vuelve temporada tras temporada, nunca pasa de moda. Y no es para menos: los vestidos florales son versátiles, cómodos y capaces de adaptarse a todos los estilos, edades y tipos de cuerpo. En Como Combinar te contamos por qué siguen siendo un básico imprescindible y cómo llevarlos este verano 2025.
Flores para todos los gustos
Lo mejor de los vestidos de flores es que no hay uno igual a otro. Esta temporada, las flores se llevan en todas sus versiones: desde los estampados mini, delicados y románticos, hasta las flores maxi, llamativas y con aires retro.
Si te gustan los looks más suaves, elige vestidos con fondo claro (blanco, beige o pastel) y estampado floral pequeño. Son perfectos para el día a día y fáciles de combinar con sandalias, alpargatas o incluso zapatillas. En cambio, si buscas un efecto wow, apuesta por flores grandes y colores intensos: rojos, naranjas, violetas o verdes sobre fondo negro o azul oscuro. El resultado es sofisticado, ideal para una cena o evento especial al aire libre.
Cortes que favorecen y liberan
El vestido floral no entiende de tallas ni de estereotipos. Lo importante es encontrar el corte que te haga sentir cómoda y tú misma. Esta temporada destacan:
-
Corte evasé o en A: ceñido en el pecho y suelto en la falda. Ideal para moverse con libertad y muy favorecedor para todo tipo de cuerpos.
-
Vestidos wrap (cruzados): ajustables a tu medida, marcan la cintura sin apretar y estilizan de forma natural.
-
Vestidos camiseros: versátiles y elegantes, puedes llevarlos abiertos sobre un top y shorts, o cerrados con un cinturón.
-
Maxivestidos: ligeros, con vuelo y perfectos para quienes buscan frescura sin mostrar demasiado.
¿Lo más importante? Que el vestido acompañe tu ritmo y tu energía, no al revés.
¿Cómo combinarlos?
Aunque el estampado floral ya tiene bastante protagonismo, los accesorios pueden ayudarte a darle un giro diferente según la ocasión:
-
Para un look casual: sandalias planas, bolso de rafia y gafas de sol grandes.
-
Para algo más arreglado: cuñas, pendientes dorados y un recogido desenfadado.
-
Para la ciudad: combínalo con una chaqueta vaquera o una sobrecamisa y unas sneakers.
Y si refresca por la noche, una cazadora de cuero o una blazer oversize quedan genial sin romper el aire veraniego.
En definitiva…
El vestido de flores es como ese lugar feliz al que siempre quieres volver: cómodo, favorecedor y lleno de buenas vibras. No importa si eres más de margaritas románticas o de hibiscos tropicales, seguro que hay uno (o varios) que encajan contigo. Este verano, florece con estilo.